él la abraza, ella lo mima...
Frescos labios se aprisionan
entre miradas que dialogan.
En el nocturno silencio
perciben sus aromas,
acarician sus siluetas,
se besan..., se alocan.
Bajo tenue luz lunar
de sus ropas la despoja,
y sin siquiera dudar
su pasión se desborda.
Sus dedos temblorosos
desliza por níveas pieles;
explora entre las sombras,
descubriendo dulces mieles.
De pasión, jadean sus cuerpos;
la luna les mira desde lejos.
El rocío recorta su reflejo,
sobre césped nuevo y añejo.
Mientras el aire se vicia,
de lujuria desenfrenada;
con sus labios él le acaricia,
y ella suspira encantada...
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