martes, 8 de marzo de 2016

Noche de luna

Dulce, tierna y sincera;
pura, como lluvia de primavera,
así es como te conocí,
así, hasta que una noche de luna
de tus labios bebí tu néctar.

Sobre la hierba, cristales de plata,
brillaban a la luz de las estrellas;
sobre tu piel, cristales de diamante,
destellaban mientras gemías.

Me bebí tu pureza,
te colmé por vez primera,
y aquella noche renaciste,
como flor de primavera.

Te descubrí mujer,
me enseñaste a querer,
a desear con la piel
y a colmarte de placer.

El destino nos unió
una noche de luna llena;
noche que se hizo eterna,
en nuestros recuerdos,

en la piel y en el alma entera.

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